miércoles, 11 de enero de 2012

¿REVOLUCIÓN EDUCATIVA?

Ollanta Humala, candidato, prometió una “revolución educativa”. Luego de seis meses de gobierno está “revolución” no tiene ningún atisbo  de que se vaya a realizar, remitámonos a los hechos: El presupuesto educativo 2012 aumenta en un 0,18 %, ni siquiera el 0,25 %, lejos del 6% del acuerdo nacional, muy lejos del 8% chileno y mucho más lejos del 16% cubano. La mayor parte de este presupuesto está destinado al PELA (Programa Educativo por Logros de Aprendizaje), expresando con ello que la política educativa “nacionalista” sigue los lineamientos del Banco Mundial. Si el PELA representa la “revolución educativa” de este gobierno está muy lejos de serlo pues tener como objetivos el mejoramiento de la comprensión lectora y el razonamiento matemático es reducir al ser humano a ciertas funciones cognitivas, negando el desarrollo de la conciencia y la formación integral. A esto sumemos el anuncio de la Ministra de Educación, Patricia Salas, que no habrá aumento general para el magisterio con lo cual serán seis años de vivir con los sueldos congelados, convirtiendo “la revolución educativa” en un proyecto para hacer miserable la vida de los maestros. Un profesor mal pagado y un alumno mal comido no pueden producir la mejora de la educación. Paulo Freire ya señaló que “el primer salón de aprendizaje es el comedor”. Hoy, entonces, el gobierno de la llamada “inclusión social” está excluyendo a los maestros siguiendo los dictados del Banco Mundial. 
  Pero vayamos a la base de la educación: la economía y preguntémonos ¿Hay un cambio en la economía peruana que posibilite una revolución educativa? Con la protesta en contra del proyecto minero Conga y el cambio de diez ministros, al gobierno de Ollanta Humala se le ha terminado de caer la careta nacionalista y es clarísimo que continua  con la política neoliberal impuesta por el imperialismo norteamericano. Quieren hacernos creer, con cinismo político, que si la empresa trasnacional Newmont, en alianza con los Benavides, no invierte los 4 mil millones de dólares saqueando nuestros recursos naturales y depredando el medio ambiente no habrá “inclusión social”. Pero no se pregunta cuánto obtendrán de ganancia y por qué Cajamarca y el Perú tienen altos índices de pobreza si en los últimos años se han extraído del Perú 19 millones de barras de oro a 1800 dólares cada una generando ingresos por 34 mil millones de dólares. Mucho menos se pregunta por qué el Estado y la gran burguesía del Perú renuncian a ganar estas fabulosas cantidades. Solo hay satanización de la protesta popular ante tal saqueo que no beneficia ni siquiera a la población aledaña. Humala con “su Conga va si o si” ha revelado su carácter pro imperialista, autoritario, represor al declarar el estado de emergencia en Cajamarca y la persecución de dirigentes, descubriendo el derechismo de su gobierno y una tendencia fascista. Por consiguiente, no hay la base ni la voluntad política para crear una nueva educación para una nueva sociedad. 
Por otro lado, hace 110 años Manuel Villarán sostuvo la necesidad de formar hombres industriosos y no letrados que impulsen el capitalismo. En el Plan Bicentenario se da a conocer que en 1972 el Perú tenía un 15% de profesionales ingenieros y científicos y en el 2007 este porcentaje profesional se ha reducido al 10% aumentando los profesionales en derecho y ciencias sociales hasta un 75%. Estas cifras demuestran que nuestro país con una economía exportadora de materias primas subordinada a los intereses del capitalismo extranjero, que en este 2012 sufrirá los embates de la crisis mundial por más que lo nieguen, no necesita ingenieros ni científicos y que seguimos teniendo un capitalismo burocrático con taras. 
Finalmente ¿Necesitamos una revolución educativa? Por supuesto que sí. Una revolución educativa  que permita interpretar y actuar sobre la realidad para que no se nos engañe con pomposos nombres de “revolución” como hacia el militarismo del siglo XIX para nombrar a sus levantamientos y golpes de estado que no significaban ningún cambio; para que no se repita la misma historia del gobernante que se presenta como candidato del pueblo y gobierna como presidente del gran capital; para que los oportunistas no nos llamen a votar por el verdugo para luego hacernos creer que “Ollanta se ha desviado” “es preso de los empresarios” “está acorralado” como si fuera problema de persona y no de clase social. Pero esa revolución educativa pasa por democratizar la economía y la sociedad peruana y que los maestros contribuyamos a tener un pueblo culto porque como lo dijo José Martí  “Un pueblo de hombres educados será siempre un pueblo de hombres libres”  y para que el pueblo de Cajamarca que lucha en contra de los efectos pueda muy pronto luchar en contra de las causas de la depredación minera y del atraso y por realizar la verdadera gran transformación. 
Extraído: Editorial de la Revista Forja 12.

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